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Hacerse un selfie en el Coliseo, el Panteón o la Columna de Trajano es una obligación para cualquier turista, pero ¿conoces realmente la historia que hay detrás de estos monumentos? ¿Qué antigüedad tienen y qué significan realmente?
Foro Romano – ~750 a.C.
Nuestra idea es remontarnos a los orígenes de la civilización romana visitando sus ruinas más relevantes en Roma. Y eso empieza con el Foro Romano.
Los orígenes del Foro Romano datan de alrededor del año 750 a.C., y casi pueden remontarse a la fundación de la propia Roma. Este lugar era el verdadero corazón de Roma desde sus inicios, y lo seguiría siendo durante más de un milenio. En cierto sentido, al mirar el Foro Romano, estamos contemplando la historia de Roma en su conjunto.
En lugar de consistir en un único edificio, el Foro Romano era un área muy extensa repleta de templos, centros administrativos, mercados o posadas, construidos, destruidos y reconstruidos varias veces a lo largo de los siglos. Este lugar estaba siempre vivo. Si hubieras vivido en Roma, habrías venido aquí a hacer recados, a hacer la compra, a rezar en el templo o a reunirte con unos amigos. Y, si eras un comerciante que venía de otra parte, lo más probable es que buscaras alojamiento en el Foro para vender tus mercancías.
El Foro Romano también albergó la Curia Julia, que fue comisionada en el año 44 a.C. por Julio César para sustituir a otros edificios anteriores con su misma función. La Curia era el lugar de reunión del Senado y se encontraba junto al Comitium, otro lugar de reunión de la vida pública romana.
En definitiva, puede que las ruinas del Foro Romano no sean las más espectaculares que puedas encontrar en Roma en comparación con las del Coliseo, pero sí son las más relevantes. En cierto sentido, primero vino el Foro, y luego todo lo demás. ¡Ahora que sabes más sobre el rol clave de este lugar, quizá lo veas con otros ojos!
Circo Máximo – siglo VI a.C.
Puede que pases por delante de esta vasta llanura verde y pienses que solo es un parque en las afueras de Roma, pero este lugar tiene mucho más que contar. Lo que ves aquí es el Circo Máximo, el primer y más importante estadio de Roma. Tenía 621 metros de longitud, podía albergar a 150.000 personas, y durante siglos fue escenario de festivales lúdicos, ceremonias religiosas y carreras de carros.
Aunque hoy en día el Coliseo es mucho más famoso que el Circo Máximo, se construyó en una etapa tardía de la civilización romana, y era más pequeño. A lo largo de la historia, el Circo Máximo fue el lugar más importante del entretenimiento romano, pero desgraciadamente su estructura se ha perdido casi por completo, y lo que queda de él permanece enterrado bajo la hierba. Sin embargo, un paseo por el Circo Máximo te dará una idea de la magnitud de este lugar. ¡Imagínatelo rebosando con 150.000 personas y comprenderás mejor lo bulliciosa y activa que era Roma en su época de esplendor!
Largo di Torre Argentina – siglo IV a.C.
Estas ruinas se remontan a la República Romana, y a veces pasan desapercibidas para los turistas, pero tienen una enorme importancia histórica. Es casi imposible determinar con exactitud qué partes del Foro Romano o del Circo Máximo son anteriores a estas ruinas, por lo que las de Largo di Torre Argentina suelen considerarse las más antiguas de toda Roma.
Aquí se encuentran las ruinas de cuatro templos de la República Romana, y algunos restos del Teatro de Pompeyo. Se sabe muy poco sobre estos templos, por lo que solo se nombran de la siguiente manera: Templo A, B, C y D.
El templo C es el más antiguo de los cuatro, y se cree que data del siglo IV o III a.C. Este templo sufrió un incendio hacia el año 80 a.C. y fue restaurado poco después, así que tiene mosaicos de diferentes colores. Algunos de ellos datan de ese año, y el resto son de los más antiguos que se han encontrado en Roma.
Si necesitas otro aliciente para visitar estas ruinas, aquí lo tienes: este lugar fue testigo de uno de los acontecimientos históricos más infames de todos los tiempos. Aquí es donde se cree que Julio César fue asesinado el 15 de marzo del año 44 a.C., provocando el comienzo del fin de la República y, poco después, el inicio del Imperio Romano bajo el gobierno de Augusto.
El Coliseo – 80 d.C.
¿Alguna vez has oído hablar de cierto edificio conocido como ‘el Coliseo’?
Podría decirse que es el monumento más emblemático de Roma, y sigue siendo uno de los edificios más famosos de todo el mundo. El Coliseo fue comisionado por el emperador Vespasiano en el año 72 d.C., y fue concluido en el año 80 bajo el gobierno de su sucesor –e hijo– Tito. Nos encontramos ahora pasados 100 años del comienzo del Imperio Romano.
Este asombroso recinto tenía capacidad para unas 80.000 personas y permaneció en funcionamiento hasta el siglo VI, poco después de la caída de Roma.
El Coliseo se construyó en una zona que había sido devastada por el Gran Incendio de Roma del año 64, durante el reinado de Nerón. Poco después, Nerón expropió gran parte de la zona quemada y construyó allí un complejo palaciego llamado Domus Aurea. La Domus Aurea era solo para uso personal de Nerón, contaba con un lago artificial en el que incluso podía navegar con sus invitados, y era tan fastuosa que casi llevó a la quiebra a todo el Imperio.
No es de extrañar que Nerón fuera un gobernante bastante impopular, y tres años después sufrió una rebelión que le arrebató el trono y la vida. Dos años más, y el trono de Roma pasó a Galba, Otón, Vitelio y, finalmente, Vespasiano. Por eso, la decisión de Vespasiano de construir el Coliseo en los terrenos de Nerón resultó increíblemente popular. Era una forma de devolver a los romanos lo que Nerón les había quitado, cerrando un oscuro episodio de la historia romana.
La ubicación del Coliseo fue también brillante desde el punto de vista arquitectónico, ya que sus ingenieros decidieron aprovechar el sistema de canales de agua utilizado anteriormente para el lago artificial de Nerón. Esta vez, el sistema se utilizó para inundar el Coliseo a voluntad, de modo que se pudieran escenificar allí verdaderas batallas marítimas para diversión del público romano.
Como curiosidad, cabe mencionar que los romanos nunca llamaron a este lugar el “Coliseo”, ya que este nombre se acuñó, al parecer, en la Edad Media. Pero esa es una historia de la que hablaremos en otra ocasión.