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How to Boost Your Self-Worth: 7 Tips to Feel Better About Yourself

Cómo mejorar tu autoestima: 7 consejos para sentirte mejor contigo misma

Excerpted from Tinybuddha.com.


1. Pretend you are your own best friend
Simply start to notice what you’re saying to yourself. You may be taken aback by how often you’re saying unkind things to yourself (I know I was), but know that it’s totally normal and part of the process. Allow yourself to observe the thoughts that come up and not judge yourself for having them.

When you notice that you’re in this unkind space, ask yourself, “If this were a friend coming to me with these thoughts, my thoughts, what would I say to them?”

This question would always wake me up and radically change my self-talk. I could see how mean I was being to myself. I wouldn’t speak to any other human being like I spoke to myself, let alone a friend. You may find this is the same for you.

If this is difficult for you, it may be because you don’t think you deserve this level of kindness. First of all, you do. Second of all, you can combat this by choosing to focus on one thing you appreciate about yourself that day. Perhaps you appreciate that you decided to go on a walk even though you didn’t want to, or you were kind to your coworker, even though she was being unkind.

Reflecting and recalling things you appreciate about yourself isn’t always easy, but the more you practice it, the easier it becomes. And it’s in this space you’ll begin to see you deserve to be spoken to kindly, just like you would speak to a friend.
1. Imagina que eres tu mejor amiga
Comienza por darte cuenta de lo que te dices a ti misma. Quizá te sorprenda con qué frecuencia te dices cosas desagradables (como me ocurría a mí). Esto es totalmente normal, y forma parte del proceso. Permítete observar los pensamientos que te surgen, y no te juzgues por tenerlos.

Cuando notes que estás en este espacio poco amable, pregúntate: “Si un amigo viniera a mí con estos pensamientos que estoy teniendo, ¿qué le diría?”.

Esta pregunta siempre me hacía despertar, y cambiaba radicalmente mi autoconversación. Entonces podía ver lo mala que estaba siendo conmigo misma. Yo nunca hablaría con ningún otro ser humano como me hablaba a mí misma, y mucho menos si fuese una amiga. Y tal vez a ti te ocurra lo mismo.

Si esto te resulta difícil, quizá sea porque crees que no mereces esa clase de amabilidad. En primer lugar, sí que la mereces. Y, en segundo lugar, puedes combatir este problema centrándote en cualquier cosa que valores de ti misma en ese día. Quizá valores que te animaste a salir a pasear aunque no querías hacerlo, o que fuiste amable con tu compañera de trabajo pese a que ella no lo estaba siendo.

Reflexionar y recordar las cosas que aprecias de ti misma no siempre es fácil, pero te irá resultando más sencillo cuanto más lo practiques. Y es en este espacio donde empezarás a ver que mereces que te traten con amabilidad, igual que tratarías a una amiga.

2. Surround yourself with people who bring you up
I was notorious for saying yes when I really wanted to say no. Again, it all boiled down to not valuing my wants, my needs, or myself. The first time I said no (with grace), I was petrified. I was worried the other person would hate me.

Funny thing is, they didn’t hate me. They began to respect me more. And the more and more I declined outings, events, dates, work, and time with people who brought me down, the more I made room for the things in my life that made me shine, feel happy, and feel whole.

By feeling this way, I began to really fall in love with myself and appreciate the power I had to make myself feel grounded. I began to feel enough.

And it was during this time that I joined a local yoga studio, signed up for meditation classes, and started regularly hiking. Through these activities, not only did I find self-worth, and myself, but I also began to grow a beautiful support network of likeminded individuals who would eventually become friends.

You can do this too. Find and/or make time for activities that bring you joy, and know that a simple hello and a smile can go a long way.
2. Rodéate de personas que te animen
Yo tenía fama de decir que sí, cuando en realidad quería decir que no. De nuevo, todo se reducía a que no valoraba mis deseos, mis necesidades o a mí misma. La primera vez que dije que no (con gracia), me quedé petrificada. No quería que la otra persona me odiara.

Lo curioso es que no lo hizo. La gente empezó a respetarme más. Y, cuanto más declinaba las salidas, los eventos, las citas, el trabajo y el tiempo con personas que me deprimían, más espacio quedaba para las cosas de mi vida que me hacían brillar, estar feliz y sentirme plena.

Al sentirme así, empecé a enamorarme realmente de mí misma y a apreciar el poder que tenía para sentirme con los pies en la tierra. Empecé a sentir que yo era suficiente.

Fue durante este tiempo cuando me uní a un estudio local de yoga, me apunté a clases de meditación, y comencé a hacer senderismo de forma habitual. Con estas actividades no solo encontré la autoestima y a mí misma, sino que también fui construyendo una hermosa red de apoyo de personas afines que, con el tiempo, pasaron a ser amistades.

Tú también puedes hacerlo. Busca tiempo para dedicarlo actividades que te aporten alegría, y ten presente que un simple saludo y una sonrisa son capaces de mucho.
3. Ask close friends or family members what they appreciate about you
Sometimes (or a lot of the time) a kind word from someone we love and trust can go a long way. Their perspective can also help shed some light on qualities about ourselves we previously dismissed.

And when you have these words in writing, you can pull then out and reread them whenever you feel down.

The email I sent, and that you can send too, went something like this: “As one of the key people in my soul circle, would you mind telling me what you appreciate about me? I’d be so appreciative!”

Try it. Save their words. And reread them when you need them.
3. Pregunta a tus amistades cercanas o a tus familiares qué es lo que valoran de ti
A veces (o muchas veces), una palabra amable de alguien a quien queremos y en quien confiamos puede sernos de gran ayuda. Su perspectiva también puede ayudarnos a apreciar mejor algunas de nuestras cualidades, que tal vez nos estaban pasando desapercibidas.

Cuando tienes esas palabras por escrito, puedes acudir a ellas y volver a leerlas siempre que te sientas mal.

El correo electrónico que les envié, y que tú también puedes enviar, decía algo así: “Como una de las personas clave de mi círculo del alma, ¿podrías decirme qué es lo que valoras de mí? Te lo agradecería mucho”.

Pruébalo. Atesora sus palabras. Y vuelve a leerlas siempre que las necesites.
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